Muy sintomática de nuestros tiempos la deriva hacia una tipología del héroe post-11S como profesional: bombero, policía, incluso –¿por qué no?– conductor de ambulancia. Parece que entre los héroes (y semidioses) griegos hasta Batman y Superman, Bourne, 007 y Bauer media un largo recorrido en el que la imperfección humana le ha ganado el asalto al arquetipo mitológico inalcanzable. El nuevo héroe no tiene ya una visión panorámica del cosmos, ni mucho menos un radio de acción extenso: el centro de operaciones debe ser la ciudad –a poder ser NY, que deviene así metonimia de todas las megalópolis globalizadas–. Esta carencia congénita e insuperable hace del héroe un civil más, incapaz de apresar cabalmente el mundo que lo rodea. Sin olvidar, claro está, el acoso ubicuo a que lo someten los mass media, siendo nuestro héroe otro figurante del mundillo del cotilleo y del sensacionalismo. Hablo, pues, de un hombre-masa en la estela de Ortega y Gasset, un individuo que va "puramente a la deriva", que se sabe integrante de un gran cuerpo social, responsabilidad que le abruma y dificulta la parcela de sus deseos individuales; paradigma de ello sería el atónito y desorientado Clive Owen de Hijos de los hombres.
Quizá los consumidores necesiten cada vez más un héroe "plausible" hoy en día, incorporado al sistema del Estado (ya sea agente de Su Majestad o de CTU/FBI) como un funcionario más, al que se le retribuye por su heroísmo.
A este respecto es instructiva la irrupción refrescante de Dexter Morgan. Forense experto en sangre de día y serial killer de noche, descendiente también de Hyde/Jekyll, éste se ve abocado a contribuir al bien público por la vía oficial; pero también por la vía del proscrito, el asesino que mata por necesidad, pero escoge como víctimas a los de su misma ralea. Dexter pierde toda conciencia heroica y su heroicidad es un hecho puramente colateral...
Un apunte más: Dexter es además un artista contemporáneo, que analiza las salpicaduras y los charcos de sangre con ojo sumamente estético. Sus cuadros, su salvapantallas, su escritorio muestran manchas de sangre que remiten directamente a la técnica del dropping de Pollock. ¿Qué consecuencias podría tener el emparejamiento del héroe con el artista? La verdad es que da miedo...
Otra novedad de Dexter: en la tercera temporada su novia se queda embarazada y el protagonista plantea la posibilidad de que su hijo herede la condición de su padre... ¿Os imagináis un mundo en el que los héroes nos legan una progenie igualmente heroica, un mundo en el que los héroes crecieran al compás de la demografía?
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